La inmunización animal y la implementación de medidas de bioseguridad son esenciales para prevenir y controlar enfermedades.
El reciente brote de sarampión en diferentes partes del mundo es tan solo un ejemplo de cómo la baja cobertura en las tasas de vacunación puede provocar la reaparición y propagación de un virus como este, que está entre los más contagiosos del mundo.
Desde el enfoque de Una Sola Salud, que entiende a la salud humana, animal y ambiental como dimensiones interdependientes, es imprescindible empezar a analizar el comportamiento de las tasas de inoculación también en conjunto. Según la OMS, los esfuerzos mundiales en inmunización han salvado al menos 154 millones de vidas, el equivalente a 6 vidas por minuto cada año, en los últimos 50 años. Pero esto no es todo: la gran mayoría de las vidas salvadas se trataron de menores de un año.
Pero este fenómeno no se reduce exclusivamente a la salud humana, la vacunación animal es igual de importante, ya que existen enfermedades zoonóticas como la rabia, que pueden transmitirse de los perros y gatos a las personas, que resulta ser en el 99% de los casos mortal pero también 100% prevenible a través del cumplimiento de la vacunación anual.
Un fenómeno que trasciende la salud humana
De acuerdo con datos de la Organización Mundial de Sanidad Animal (OMSA) más del 60% de los agentes patógenos que afectan a las personas tienen origen animal. El cumplimiento de los esquemas de vacunación en animales es esencial ya que permite:
– Prevenir: La vacunación previene la aparición de enfermedades que pueden afectar la salud de los animales y las personas.
– Inmunizar: La aplicación de vacunas de alta calidad contribuye a la generación de respuestas inmunológicas duraderas y eficientes.
– Proteger Una Sola Salud: La vacunación ayuda a prevenir enfermedades, algo fundamental para proteger la salud pública y resguardar la seguridad alimentaria.
– Mantener el status sanitario: Las prácticas de vacunación, manejo, higiene y control epidemiológico son esenciales para reducir riesgos sanitarios y mejorar la sanidad animal.
La mejor manera de afrontar una enfermedad es evitar que se produzca. La prevención es un paso esencial en el manejo sanitario de enfermedades tanto humanas como animales. La vacunación como estrategia de prevención contribuye a preservar “Una Salud” y contribuye a frenar la creciente resistencia antimicrobiana (RAM), una problemática global alimentada por el uso excesivo o inadecuado de antibióticos que afecta a personas, animales y ecosistemas por igual.
La colaboración entre el sector público, privado y la sociedad civil es clave para garantizar la protección de la salud tanto humana como animal. Frente a este contexto se vuelve imprescindible que las autoridades sanitarias implementen estrategias efectivas para revertir esta tendencia, promoviendo campañas de concientización y facilitando el acceso a la vacunación.