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Presidente de la OMSA sobre Carne Paraguay-EE.UU: “Es un problema más de carácter político que sanitario”

Presidente de la OMSA sobre Carne Paraguay-EE.UU: “Es un problema más de carácter político que sanitario”

Valor Agro Paraguay/ Si bien algunos estados de Brasil y Bolivia que se encuentran en cercanía con el país han optado por dejar de vacunar contra la aftosa, en Paraguay el sector ganadero aún se encuentra con postura de seguir inmunizando de manera a no arriesgar la seguridad sanitaria conseguida.

En entrevista con Valor Agro, el presidente de la Organización Mundial de Sanidad Animal (OMSA), Hugo Idoyaga, habló  sobre el tratamiento que esta recibiendo el levantamiento de la aftosa a nivel regional y enfatizó que Paraguay debe asumir “el desafío” de lograr el estatus libre sin vacunación, esto a que cuenta con condiciones sanitarias sólidas y viables antes de que se le interpongan restricciones para la adquisición de sus productos.

Idoyaga también habló respecto a la fiebre aftosa como justificativo para poner barreras a la introducción de carne paraguaya a EE.UU, en el que resaltó “si Paraguay adoptará una actitud diferente y estuviera en camino de levantar la vacunación, no habría justificación para estas restricciones”.

¿Cómo se está viendo la inmunización contra la fiebre aftosa a nivel regional?

Tanto Brasil como Bolivia están avanzando en sus programas de lucha contra la fiebre aftosa. Evidentemente, se encuentran en una situación sanitaria bastante estable y conforme a lo que la Organización Mundial requiere para acceder a un estatus sanitario superior, que es el de libre de vacunación. Paraguay tiene a los Estados brasileños cercanos que ya tienen todo en curso para dejar de vacunar y están en proceso de recibir su certificación sanitaria, lo que, si todo va bien, ocurrirá en la próxima sesión general del año próximo.

¿Cómo debería Paraguay considerar esta cuestión?

Paraguay debería mirar con objetividad especialmente el tema de Brasil, dado que es un mercado muy importante para los productos paraguayos. No solo es un destino final de las exportaciones, sino también un país de tránsito hacia otros destinos en el exterior. Además, es altamente probable que Brasil esté imponiendo ciertas restricciones para aquellos estados que tienen un estatus de libre de vacunación, lo que podría tener repercusiones en Paraguay.

¿Paraguay debería de tener una hoja de ruta en ese sentido?

Es importante que como país tenga una hoja de ruta basada en nuestras necesidades, posición y política. Debemos analizar de manera transparente cómo pueden impactar las decisiones en el futuro del negocio de productos del ámbito pecuario.

¿Se debe comenzar a trabajar en una hoja de ruta pensando en dejar de vacunar a partir del 2026 en adelante?

La cuestión de acceder a un estatus superior o no es una decisión del país. En ese sentido, la OMSA promueve la mejora sanitaria, pero no exige que los países miembros alcancen el mejor estatus posible. Paraguay debe tener su propia hoja de ruta. Aunque en la actualidad no sea una exigencia de los mercados, estamos viendo impacto en los precios. Sería lamentable comenzar a enfrentar restricciones, especialmente por parte de Brasil, que pueden ser más extremas o menos, pero que afectarían la competitividad del producto. Dado que Brasil es uno de los principales importadores de carne paraguaya, cualquier restricción o requerimiento adicional que impongan al producto significaría una pérdida de competitividad.

¿Por dónde pasa la cuestión para Paraguay?

En primer lugar, Paraguay cuenta con condiciones sanitarias sólidas y viables que le permiten aspirar a obtener en algún momento el estatus de libre de vacunación. Sin embargo, para lograrlo, es necesario reanudar conversaciones serias y objetivas con el ámbito productivo. Se debe analizar y evaluar cuidadosamente qué es lo más conveniente, y seguir avanzando para asumir el desafío de dejar de vacunar. Es importante tener en cuenta que este proceso no ocurrirá de la noche a la mañana y requerirá ajustes en muchos aspectos, tanto sanitarios como en la percepción de la población. Si otros países están avanzando en este sentido, Paraguay también debería hacerlo, ya que sería una señal de confianza y nos proporcionaría mayor visibilidad. Aunque los resultados podrían no ser inmediatos, a mediano y largo plazo podríamos acceder a mercados mucho más importantes de lo que tenemos actualmente. Además, es posible que los mercados en los que estamos presentes actualmente, y que son de alta importancia para nosotros, condicionen el futuro del ingreso del producto paraguayo a estos bloqueos comerciales. Es necesario considerar todos estos aspectos al planificar el camino hacia el levantamiento de la vacunación.

¿Observa que Paraguay cuenta con todas las garantías?

Las condiciones sanitarias son favorables, existe un trabajo sólido, transparente y se obtienen resultados confiables. Hay una alta garantía de que la enfermedad está controlada y que no existe la posibilidad de que haya un brote en nuestro país. Es crucial asumir este desafío y que Paraguay elabore su propia hoja de ruta sin esperar presiones externas para actuar. De lo contrario, podríamos enfrentar consecuencias en la exportación de nuestros productos, especialmente en mercados como Brasil, que son fundamentales para la carne bovina paraguaya.

Por otro lado, ¿cómo analizas el revés que está enfrentando Paraguay con la carne paraguaya en EE.UU., en el que las excusas presentadas por los proyectistas responden más a una cuestión electoralista?

Comparto plenamente que este es un problema más de carácter político que sanitario. Sin embargo, mi pregunta es: ¿por qué se utiliza un argumento sanitario para una cuestión política en Estados Unidos? La política interna de EE.UU. parece influir en mantener el statu quo respecto a la fiebre aftosa como justificativo para poner barreras a la introducción de carne paraguaya en ese país. Lamentablemente, esta parece ser la realidad. Si Paraguay adoptara una actitud diferente y estuviera en camino de levantar la vacunación, no habría justificación para estas restricciones.

¿Paraguay debe ser más crítico con ese argumento?
Es evidente que nosotros mismos estamos proporcionando los argumentos para mantener estas barreras, al seguir promoviendo la vacunación como la mejor herramienta de seguridad sanitaria. Sin embargo, ha llegado un punto en el que ya no tenemos justificación para seguir usando este argumento. Creo que todo esto contribuye a que el mundo exterior nos mire con cierto grado de desconfianza, a pesar del buen trabajo que están realizando nuestras instituciones.

De estar en proceso de levantar la vacunación, ¿en cuánto tiempo se podría lograr?

Es crucial demostrar el buen trabajo que estamos haciendo, pero esto conlleva desafíos. No estoy diciendo que debamos levantar inmediatamente la vacunación; en un país como el nuestro, llevará al menos tres o cuatro años. Implica un proceso que no se soluciona simplemente diciendo “sí, lo haremos”. Se deben abordar y fortalecer factores y elementos internos, y enfrentar nuevos desafíos como la implementación de la trazabilidad, que ya está aprobada. No podemos salir al mundo diciendo que no vamos a dejar de vacunar; eso sería un error. Si bien Estados Unidos puede no ser el único país con estas actitudes, entiendo que todo esto contribuye a la posibilidad de restricciones o prohibiciones a la carne paraguaya en ese mercado, a pesar de que nuestro producto cumple con todas las condiciones sanitarias necesarias. En cambio, debemos ser críticos con nosotros mismos, ya que estamos proporcionando los insumos para que se nos considere de esa manera.